En este tercer artículo de la seria sobre “Energía Termosolar” (aquí puedes ver el I y II de la serie), os hablaremos de la tecnología de este tipo que probablemente más éxitos esté consiguiendo en los últimos años, las plantas de torre central y campo de heliostatos.
Este tipo de instalaciones se basan en un campo de heliostatos, o lo que es lo mismo, espejos de gran tamaño, que incorporan un sistema de seguimiento solar. Gracias a este sistema de seguimiento, la luz solar que incide sobre el espejo es redireccionada hacia un punto, en este caso la “cabeza” de la torre. El hecho de que cada heliostato tenga que apuntar desde un punto diferente hacia la torre, hace que la complejidad de la programación del seguimiento sea elevada.
La radiación solar reflejada por los heliostatos incide sobre la cabeza de la torre y es en esta donde se calienta un fluido transmisor del calor. En las instalaciones más antiguas dicho fluido es aceite, el cuál se transporta hasta la zona de generación de vapor donde intercambia su calor con agua.
El vapor saturado, al igual que en los sistemas de cilindro parabólico, se hace pasar por una turbina generadora de electricidad produciendo así la energía. La imagen de nuestro compañeros de www.centralestermosolares.com, ilustra a la perfección el funcionamiento del sistema, que también al igual que en la tecnología de cilindro parabólico, tiene un consumo de agua elevado.
En los últimos años, se han construido varias plantas con una tecnología que cabe analizar por su capacidad de generación y todo gracias a las conocidas como “sales de acumulación”. Este tipo de sustancias se funden a elevadas temperaturas, hasta 500oC, lo que permite acumular el calor producido por el campo de heliostatos para producir electricidad incluso cuando el sol se haya puesto.
El caso más llamativo es el de GemaSolar en Fuentes de Andalucía, Sevilla. Esta central, puesta en funcionamiento en 2011 y con cerca de 20MW de potencia de generación, fue construida por SENER en colaboración con MASDAR y ha sido capaz de producir energía eléctrica a partir del sol durante varios días consecutivos de manera ininterrumpida.
Su producción anual es de 110GWh anuales, en torno a 4 veces más que una planta fotovoltaica de la misma potencia, garantizando el suministro a 27.500 hogares.
Frente a las ventajas, más que evidentes de esta tecnología:
- Capacidad para almacenar la energía
- Energía 100% renovable y por tanto
- Inagotable
Se sitúa el principal inconveniente: su coste. Si bien, la tecnología está en continuo desarrollo y se espera llegue a suponer una rentabilidad aceptable es excesivo por el momento.