En anteriores artículos ya hemos hablado acerca de la tecnología LED. Hoy vamos a analizar las enormes ventajas asociadas a este tipo de luminarias. Os recordamos también que GMD Solutions ofrece sus servicios para mejorar la iluminación apostando por la tecnología LED.
Los LED son dispositivos muy adaptados para la iluminación debido a las varias ventajas comparado con las tecnologías tradicionales (incandescente, fluorescente, vapor de mercurio…).
La primera ventaja, que es probablemente la más significante de todas, es su alto rendimiento. Los LED son dispositivos eficientes a nivel energético. Para fuentes de iluminación, el parámetro que define el rendimiento se llama eficacia luminosa. La eficacia luminosa es la relación entre el flujo luminoso (es la potencia luminosa percibida, exprimido en lúmenes) y la potencia de la fuente (en vatios). De forma más simple, es la cantidad de luz emitida por una fuente, y que podamos percibir, por cada vatio de potencia. A día de hoy, los LED tienen una eficacia luminosa media de 95lm/W. Las lámparas fluorescentes compactas (también conocidas como lámparas de bajo consumo o de ahorro de energía) emiten unos 65lm/W mientras las bombillas incandescentes no suelen superar los 20lm/W. Este rendimiento superior permite reducir el consumo eléctrico al instalar LED en lugar de fluorescentes o incandescentes entre un 30 y un 70%.
Tabla 1 Eficacia luminosa de diferentes tecnologías utilizadas para fuentes de iluminación
Otro aspecto muy interesante de los LED es su vida útil. Entre 30.000 y 100.000 horas (en función de la calidad del producto), es bastante superior a cualquier otra tecnología tradicional (ver Tabla 2). Es, por ejemplo, 25 veces más que una bombilla halógeno o 5 veces más que una bombilla fluorescente compacta (también conocida como bombilla de bajo consumo).
Tabla 2 Vida útil de diferentes tecnologías utilizadas para fuentes de iluminación
Este dato tiene como consecuencia una reducción del mantenimiento de las lámparas LED. En un ámbito industrial, la sustitución de luminarias puede necesitar la subcontratación de un equipo exterior especializado (lámparas en altura, altas tensiones, ausencia de un equipo de mantenimiento interno…) y el coste se puede disparar rápidamente. También es interesante constar que, a lo largo de su vida útil, una lámpara LED tendrá una perdida lumínica inferior (30% comparado con 50% o más para las otras tecnologías), tal y como muestra la imagen (cortesía de www.bcxenergy.com). De esta manera, se evitan los casos que se encuentran frecuentemente de bombillas de bajo consumo encendidas pero ¡que iluminan menos que la Luna!
La tecnología LED está basada en el uso de un semiconductor a diferencia de las otras tecnologías que necesitan un gas (fluorescente, mercurio, tungsteno, sodio…), en general contaminante, para funcionar. Si se rompe una bombilla LED, no hay ningún riesgo de contaminación al contrario de un tubo fluorescente o de una bombilla de bajo consumo. Por esta misma razón, se consideran los LED menos contaminantes a la hora de reciclar. Además, debido a su alta eficiencia, produce menos emisiones de CO2, dejando una huella de carbono muy inferior a cualquier otra tecnología. Los LED son dispositivos unidireccionales, es decir que solo emiten en una dirección (con un ángulo más o menos grande), mientras los tubos fluorescentes, las bombillas incandescentes y los proyectores de mercurio o sodio son multidireccionales, es decir que emiten en todas las direcciones. La principal consecuencia es una pérdida de luz inferior en el caso de los LED. Utilizados en iluminación vial, pueden reducir considerablemente la contaminación lumínica de nuestras ciudades siguiendo el ejemplo de Nueva York.
Al contrario de las lámparas de mercurio o sodio o de las bombillas de bajo consumo, las lámparas LED ofrecen un encendido inmediato sin necesidad de calentamiento. Proporciona el 100% de su capacidad lumínica desde el primer segundo. Permite un mejor aprovechamiento de la luz, reduciendo el consumo eléctrico. Además, tampoco parpadean al encender como lo hacen los tubos fluorescentes.
Estas son las principales ventajas de los LED para la iluminación. Sin embargo tienen algunas otras que no son menos importantes (sobre todo a nivel económico) como por ejemplo su fácil regulación tanto en intensidad como en tono o su baja emisión de calor (si instalamos bombillas, es para iluminar, ¡no calentar!).
Con la bajada de precios que se observa desde hace 3-4 años, los LED se plantean como una alternativa económica y ecológica, proporcionando un mayor confort visual a sus usuarios.