Hoy nuestro Director del Departamento BIM, Pablo Iniesta, arranca una serie de artículos sobre la metodología BIM. En los próximos meses nos irá enseñando un poquito de lo mucho que sabe sobre esta nueva forma de trabajar en el sector de la ingeniería y la construcción.
Es indudable que la metodología BIM es ya una realidad en el sector AEC (Architecture, Engineering and Construction), ya que son innumerables sus ventajas frente a la metodología tradicional. BIM NO es usar tal o cual programa para “hacer un 3D”, BIM es una metodología de trabajo presente en todas las fases de proyecto: desde las reuniones previas con el cliente, hasta la entrega del producto final, e implica mucho más que el uso de un programa determinado. En esta serie de artículos vamos a hacer una introducción a dicha metodología y a mostrar una serie de casos prácticos desarrollados por nosotros que sirvan como ejemplo del alcance de esta manera de trabajar en los proyectos desarrollados con nuestros clientes.
Es importante para las empresas involucradas en este cambio, explicar bien a sus clientes cuales son las ventajas tangibles a la hora de hacer su proyecto bajo el paraguas de la metodología BIM, así como definir los USOS BIM que se le pretende dar al proyecto siempre basados en los objetivos de nuestro cliente. Este punto creemos que es fundamental, ya que es nuestra misión como empresa proveedora de servicios BIM guiar y aconsejar a nuestros clientes para que el cambio de metodología sea sencillo, amable y que se alcancen los objetivos previamente definidos en tiempo y forma con un desembolso económico por parte de nuestro cliente acorde al producto que va a recibir.
Nos parece igualmente importante tener un lenguaje llano con nuestro cliente final y no abusar del uso de lenguaje técnico, innecesario en muchas ocasiones, ya que en nuestra opinión eso no hace más que alejarles de esta metodología al no sentirse cómodos y familiarizados con determinados tecnicismos.
Para ello es vital mantener una serie de reuniones previas donde nuestro cliente nos explique que pretende hacer y sus condicionantes, en definitiva: que espera obtener de nuestros servicios, lo que en jerga “BIMMER” se denomina “EIR” (Employer Information Requirements). En realidad, este EIR tendría que ser obligatorio y fundamental, independientemente de que el proyecto se desarrolle con metodología BIM, ya que consiste en contestar a las siguientes preguntas:
¿Qué?
¿Para qué?
¿Cómo?
¿Dónde?
¿Cuándo?
Respondiendo a la pregunta ¿qué?, definiremos el alcance del proyecto y las disciplinas implicadas.
Respondiendo a la pregunta ¿para qué?, definiremos los usos BIM, es decir, las posibles aplicaciones que pretendemos dar a nuestro modelo a través de los objetivos de nuestro cliente. Para entendernos son los “extras del coche”, y cada extra supone un coste adicional. Es importante en este apartado hacer que nuestro cliente entienda que tenemos unos usos BIM específicos para cada fase de desarrollo y que una vez desarrollado el proyecto bajo unos criterios previamente definidos, la dificultad de añadir nuevos extras implicará en algunos casos prácticamente empezar un modelo de nuevo en función de la fase de proyecto en la que nos encontremos. Igualmente, es importante entender que una vez definido un uso, el resultado obtenido no dispondrá de las funcionalidades de otros usos: si configuramos un coche de 3 puertas, no podemos pretender obtener un coche de 5 puertas a la hora de recogerlo. No siempre es tan drástico, pero imaginemos que nuestro cliente nos encarga un modelo BIM para controlar posibles interferencias espaciales del diseño antes de la construcción entre las distintas disciplinas intervinientes (arquitectura, instalaciones de climatización y protección contra incendios por ejemplo), pues bien, si en mitad del proceso se decidiera que el modelo tiene que servir también para planificar las fases de construcción y obtener costes del mismo, tendríamos que desarrollar mucho trabajo de nuevo, y probablemente muchos elementos tendríamos que rehacerlos, ya que no estarían modelados pensando en obtener dicha información.
Respondiendo a la pregunta ¿Cómo? Entraríamos a definir el LOD “Nivel de definición” de nuestro modelo y los elementos que lo componen. Quizás esto debería quedarse a nivel interno siempre que no colaboremos con otras empresas sumergidas en esta metodología, ya que no deja de ser una consecuencia de los usos que le pretendamos dar a nuestro modelo. Hay que llegar a un nivel de definición que nos permita extraer la información de nuestro modelo sin pasarnos, sin pecar de hipermodelado, para entendernos, para construir una vivienda unifamiliar no necesitamos el mismo nivel de definición que nos pediría la nasa para mandar un satélite a marte. Para ello hay que tener en cuenta que no todos los elementos de nuestro modelo tienen que tener el mismo nivel de desarrollo para que, nuestro proyecto a nivel general, tenga un nivel de desarrollo concreto en función del uso que le vayamos a dar. Para hablar de LOD también tendríamos que hacer alusión a los estándares BIM, que trataremos más en profundidad en otro artículo, ya que no hay una única definición de LOD, ni un único estándar.
Respondiendo a la pregunta ¿Dónde? Definiremos el método de colaboración, y la manera de intercambiar la información, ya seamos una única empresa interviniente o varias, necesitaremos definir un entorno de datos común para todos.
Respondiendo a la pregunta ¿Cuándo? Definiremos los plazos de entrega, tanto parciales como finales. Eso nos permitirá dimensionar el equipo de trabajo. Es importante en este apartado hacer entender a nuestro cliente que cambios son sencillos de hacer y qué cambios son complicados., para ello la comunicación y la transparencia con nuestro cliente tiene que ser total.
En GMD Solutions estamos especializados en desarrollar todo tipo de proyectos en metodología BIM, ya que la aplicamos en nuestro día a día porque entendemos que es la manera de ofrecer un mejor servicio a nuestros clientes. Para cualquier consulta no dudéis de poneros en contacto con nosotros.