Cuando se acerca la época más fría del año todos empezamos a buscar formar de mantener nuestros ambientes a la temperatura más confortable posible, pero no siempre es fácil complacer a todos. ¿Os habéis preguntado cuál es la temperatura recomendada para la calefacción? Seguid leyendo que os sacaremos de dudas.
Aunque parezca que es imposible ajustar la temperatura de la calefacción a gusto de todos, os contamos que sí existe una temperatura ideal. La recomendación del IDAE (Instituto para la Diversificación del Ahorro y la Energía) indica que la temperatura ideal de calefacción se sitúa entre 19 y 21 grados centígrados cuando se trata de espacios cerrados. Así que esta sería la recomendación para programar tu calefacción.
Confort térmico
Pero, ¿sabéis de dónde sale este estándar? Para explicároslo debemos referirnos al concepto de «temperatura de confort» o «confort térmico», que no es más que la temperatura en la que no sentís ni frío ni calor. El tema es que este indicador no es el único valor que influye. Para calcular la temperatura ideal al climatizar vuestra vivienda, debéis considerar además la temperatura exterior y la humedad.
Con todo ello en consideración, os podemos decir que la temperatura para la calefacción también puede consistir de dos valores. Para los meses de invierno la temperatura ideal rondaría los 21 grados centígrados, mientras que pasa los meses de verano la recomendación sería de 26 grados centígrados.
Con esta indicación, lograréis que la calefacción os brinde un ambiente con una sensación térmica confortable, a la vez que mantenéis controlado el gasto energético. La razón es muy sencilla, pues por cada grado que se aumenta la calefacción para mantener la temperatura del hogar, el consumo eléctrico aumenta 7% adicional. Al final ese porcentaje de más se verá reflejado en vuestra factura.
Temperatura recomendada y ahorro
Ahora que ya sabéis que existe una temperatura recomendada para la calefacción, es importante comentaros algunas recomendaciones para que podáis ahorrar en la calefacción.
- Utilizar un termostato digital programable. La ventaja es que este equipo os permitirá programar diferentes temperaturas para diferentes momentos del día, con lo cual lo podéis adaptar a vuestro patrón de uso de la calefacción. Con ellos conseguiréis ahorrar, pues cuando la calefacción alcanza la temperatura recomendada se reduce la temperatura de impulsión y la potencia.
- Programar por la noches la temperatura unos pocos grados menos (entre 3 y 4), No debéis apagar la calefacción, porque la temperatura bajará tanto que luego gastará más para poder que arrancar nuevamente.
- Instalar válvulas termostáticas en los radiadores. Ellas os permitirán ajustar de forma automática la temperatura en cada radiador. De esta forma, cada habitación podrá estar a una temperatura diferente, pues no necesitáis tener todas las habitaciones con la misma temperatura.
- Evitar colocar la calefacción a mayor temperatura con la intensión de conseguir que llegue más rápido a la temperatura recomendada, pues no es así como funciona.
- No dejéis la calefacción encendida constantemente cuando no vayáis a estar en casa. Es cierto que poner en marcha la calefacción genera un gasto importante, dejarla encendida es un gasto energético que no compensa porque el sistema tiene que trabajar más para alcanzar la temperatura ideal.
- Dejar que el calor de los radiadores circule libremente, para ello es importante que no les coloquéis muebles cerca y que no los cubráis.
Trucos más allá de la calefacción
Aunque contéis con calefacción en casa, darle un uso eficiente que se traduzca en ahorro va más allá de programar el termostato en la temperatura recomendada, aunque ese es el primer gran paso para lograr la eficiencia térmica.
Para no dejarle a la calefacción toda la labor de manteneros con una temperatura agradable, también podéis:
- Si necesitáis ventilar, con hacerlo por 10 minutos será suficiente y lograréis perder temperatura en la vivienda.
- Instalar algún sistema de aislamiento en las ventanas. Esto os permitirá minimizar las pérdidas de calor, que al final se traducen en necesidad de calefacción.
- Aprovechar las horas de luz, bajando las persianas cuando ya sea de noche y corriendo las cortinas. Con esto evitarás que se pierda el calor acumulado durante el día.
Asimismo, debemos recordaros que para manteneros a gusto dentro de casa cuando sea invierno, no podéis vestiros como si fuera verano. La ecuación es muy sencilla, mientras más exijáis a la calefacción, más elevada llegará la factura.
Si tras seguir estos consejos estáis interesados en conseguir vuestro certificado de eficiencia energética, contactad con nosotros.